Cultura

Adelanto: Dos poemas de “Mercado Chino”, de Eva Aguilera

La escritora marplatense compartió algunos de los textos del libro bilingüe que se editó en México.

Cadena

En el supermercado chino

se trabaja el feriado y los primeros de año,

los domingos y el día del obrero

se trabaja

a como dé lugar

y el lugar siempre es grande

porque caben las góndolas

y la verdulería

del chico correntino

(que le dicen Abraham

porque se llama Abraham),

la fiambrería

y una carnicería

atendida por sus propios dueños

que no son los animales muertos

sino los vivos,

detrás del mostrador.

24

Detrás, también, hay un depósito

de donde sale Nico, que es el repositor

como de bambalinas reaparece

en una escena repetida

sin sentido.

Todo es absurdo en un supermercado chino:

todos los chinos se llaman Luis, Martín, Matías,

te cobran las bolsitas

y vos vas con tu sueldo

todos los días vas hasta que el sueldo

se acaba

como se acaba este poema:

sin más pena ni gloria.

Chain

At the Chinese market

they work on a bank holiday

and on New Year´s Day, on Sunday

and on the worker´s day.

They work depending on the place

and the place is always huge

´cause stalls fit in there

and the Correntine boy´s grocery too

(they call him Abraham because his name is

Abraham)

and the delicatessen

and the butcher´s run by its owners,

who are not the dead animals but the alive ones

behind the counter.

There´s a warehouse behind, too.

Nico, who is the stock boy, comes from there

as taken from a drop scene

he appears repeatedly and illogically.

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Everything is ridiculous at a Chinese

supermarket:

all Chinese men are called Luis, Martín, Matías.

You pay for the plastic bags,

and you go there with your salary,

you go there daily

until your salary is over

the same way this poem is also over:

without trouble or fanfare

Pez

Shen Huang, cuando tocás tu pecho

no es tu corazón lo que palpita

sino la huida resbalosa de ese pez

que en la ribera del río Yangsté

se te fue de las manos.

Lo que te duele no es el cuerpo

sino lo que no pudiste retener:

las huecas persistencias entre tu piel y el mundo.

¿Su cara era una hoja de bambú?

¿Pelo de seda tenía la que entonces?

¿La yema de sus dedos de algodón?

Ahora no, Shen Huang,

ahora el día es áspero y de piedra

pleno de sombra y frío es el mercado.

Fish

Shen Huang, when you touch your chest

it is not your heart beating

but the slippery getaway of that fish

that flees from your hands

on the Yangtse river bank.

It is not your body what hurts

but what you were not able to sustain:

the squeezed persistency between your skin and

the world.

Was his face a bamboo leave?

Did his silky hair the one that then?

Was his fingertip made of cotton?

Not now, Shen Huang,

now the day is rough and made of stone.

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